La Dimensión de Relación Consigo mismo y su importancia para el desarrollo de un currículo con enfoque de competencias tiene carácter de suma importancia, en tanto dicha dimensión posibilita el desarrollo del SABER SER, en una sociedad cada vez más exigente.
En este orden, todo proyecto o plan educativo que pretenda el desarrollo de una la formación integral de la persona tiene que tener en cuenta la dimensión relacional que establece cada estudiante consigo mismo. A sabiendas de que esta posibilita el desarrollo personal y espiritual necesario para la conformación de una sociedad en la que se fomenten altos niveles de ciudadanía, se favorezca la inclusión y la equidad.
Mediante esta dimensión relacional, la persona se descubre y se conoce a sí misma en el logro de su desarrollo personal. La adecuada relación consigo mismo, consigo misma evita el individualismo y favorece el equilibrio afectivo.
La misma posibilita que cada estudiante tome conciencia de su situación personal y su relación con el mundo que le rodea. Además propicia la valoración de su persona, el conocimiento apropiado de sí, el ejercicio de su interioridad, el conocimiento de las etapas de su desarrollo, comprende la forma en que su vinculación con el entorno natural, social y cultural ejercen un condicionamiento que le corresponde vivir. De esta manera se busca ayudar al crecimiento de la autonomía personal y de la responsabilidad con el mundo o entorno en que viven.
La relación con nosotros mismos es algo realmente importante, ya que favorece el desarrollo de habilidades y competencias necesarias para la vida, su relación con los componentes del currículo es que propicia la construcción de espacios de cooperación que conducen a espacios de humanización, por otro lado son principios de conducta que provocan determinadas actitudes cómo el amor por uno mismo, apertura a la espiritualidad y a la trascendencia.
Dentro de la dimensión «Relación consigo mismo» podemos resaltar la competencia *Ética y Ciudadana* por la relación que debemos tener con el mundo, es decir, con lo que nos rodea.
Vemos también la competencia *Comunicativa* por la dimensión relacional que establece cada estudiante consigo mismo. La persona debe comunicarse consigo misma, conocerse, descubrirse y esto ayudará a su desarrollo personal, a tener un control y equilibrio de sus emociones y sentimientos. (Valorarse, amarse, aceptarse, conocerse, identificarse).
Por otra parte, nos permite desarrollar la competencia comunicativa, es decir, que esa relación buena y sana que tenemos con nosotros mismos favorece la relación con personas de nuestro ambiente, permite que el estudiante tome conciencia de su situación personal y se vincule con el mundo que le rodea, esto propicia la valoración de su persona, el conocimiento apropiado se sí, la buena relación, además, con el entorno natural, social y cultural,
Con esta dimensión «Relación consigo mismo» podemos relacionar también la competencia *Ambiental y de salud*, por la vinculación que tiene una persona con el entorno natural, social y cultural.
La *Competencia personal y espiritual* siempre debe estar presente en todo, Dios y la relación con Dios debe existir siempre. Poner a Dios sobre todo y como centro todo.
Dios, junto con la relación y cercanía de nosotros mismos, son la clave para una vida mejor, permitiendo así el fomento de valores y actitudes positivas para un mejor convivir con los y las demás, lo cual favorece la inclusión y la equidad.
Es importante que desarrollemos la capacidad para identificar, analizar y resolver problemas. Si todos ponemos esto en práctica, la convivencia en sociedad fuera mejor, ya que seríamos más empáticos con las personas de nuestro ambiente y más abiertos a ser personas solidarias y amables con los otros.
2da. Asignación: Matilde y Rosalina