El cultivo de la relación con los y las demás es una exigencia de la vivencia del ser humano en la sociedad.  Favorece el desarrollo del SABER SER, el SABER APRENDER, el SABER CONVIVIR y el  SABER HACER, fundamentales para el desarrollo de las Competencias Fundamentales. La aceptación y adopción en la misma es condición para  el desarrollo maduro y armónico. La persona es creadora de una red de estructuras para organizar su vida social y así interactuar con libertad y respeto.

Al asumir la dimensión de relación con los y las demás, el estudiante crece en la adopción de los valores que fundamentan la vida comunitaria: la fraternidad, la solidaridad, la equidad, la justicia, la inclusión y el ejercicio de la ciudadanía.

Esta dimensión favorece que cada estudiante muestre disposición para establecer relaciones armónicas con las y los demás. Propicia, además, la práctica de valores, actitudes y destrezas para el establecimiento de relaciones de calidad con los y las demás en el entendido de que sólo a través de ellas se construyen  personas verdaderamente humanas. Posibilita que el estudiantado  desarrolle la conciencia de sus derechos y deberes ciudadanos y así se capacite para participar en la vida democrática.

De esta manera se contribuye también al desarrollo de la sociabilidad que se inicia en el ámbito familiar como una dimensión fundamental para la construcción de una sociedad realmente incluyente sobre la base de la equidad, la justicia  y el respeto.